Semana 1 | Día 4 | Siendo Transformado

Mandamiento:

Cuidado con los fariseos: no hagan lo que hacen los fariseos. - Mateo 23:1-4

Leer:

Pero cada vez que alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado. Ahora bien, el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu. 2 Corintios 3:16-18 (NVI)

Reflejar:

Hace unas décadas tropecé con estas palabras y lo que Pablo establece aquí se convirtió en la guía principal en mi camino en convertirme más como Jesus. Se trata de aprender a formar el hábito de aclarar mi mente para poder enfocarme en la bondad de Cristo. Este proceso lentamente me ha ido transformando, de ser alguien centrado en mí mismo, a vivir de una manera que muestra la gloria de Dios.

En el Nuevo Testamento, la palabra griega para transformación es "metamorphous". Es cambiar de una forma a otra, como una mariposa que sale de su capullo. Se trata de cambiar mi atención al Señor y desechar cualquier idea o prejuicio que me impida ver Su grandeza y sabiduría. Dado que Cristo siempre está cerca (Hechos 17:27), puedes hacer esto en cualquier momento en que estés despierto. Su Espíritu es como un flujo constante de energía que nos rodea. El truco está en notarlo y luego enfocarte en el rasgo de la bondad de Cristo en el que necesitas trabajar.

Sigue haciéndolo, y con el tiempo, comienzas a transformarte en esa bondad tú mismo, para que seas como Jesús aquí mismo en la tierra (1 Juan 4:17, NVI). Además, te ayuda a liberarte de cualquier vibra opresiva y de esos viejos malos hábitos en tu carácter.

Reaccionar:

Observa la presencia de Cristo. Contempla su resplandeciente bondad como en un espejo y luego refleja su bondad.

Orar:

Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna. Salmos 139:24 (NTV)