Semana 5 | Día 5 | Abrazando el perdón y extendiendo la gracia

Mandamiento:

Perdonar a los ofensores. Mateo 18:21-25 (NVI)

Leer:

Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. Mateo 6:12

Reflejar:

En este versículo, Jesús enfatiza el valor del perdón en nuestras interacciones con Dios y otras personas. Al pedirle a Dios que "nos perdone nuestras deudas", confesamos nuestra necesidad de su gracia y misericordia. Reconocemos que tenemos una deuda de pecado porque no hemos alcanzado su estándar ideal. A través de esta oración, nos humillamos y le pedimos a Dios que nos perdone y nos limpie de toda maldad.

La segunda línea de la oración, "como también hemos perdonado a nuestros deudores", sirve como un recordatorio de que el perdón implica perdonar a los demás, así como perdonarse a sí mismo. Jesús se enfoca en la relación mutuamente excluyente entre pedir y ofrecer perdón. Nuestra capacidad de perdón proviene de un corazón que ha conocido la plenitud de la misericordia y la gracia de Dios.

Cuando elegimos perdonar a las personas, elegimos liberarlas de su obligación de pagarnos y mostrarles compasión, misericordia y amor de la misma manera que Dios nos las ha mostrado. Somos liberados de las ataduras de amargura, resentimiento y rabia cuando perdonamos. Es un acto de sumisión y una manifestación de la naturaleza de Dios en nosotros. Reflejamos el poder transformador del perdón de Dios y damos la bienvenida a su sanidad en nuestras relaciones al perdonar a los demás.

Reaccionar:

¿Qué pasos podrías tomar para comprender mejor el alcance de la misericordia de Dios en nuestras propias vidas? ¿Hay alguna disputa o queja pendiente que le impida perdonar a los demás? ¿Cómo puedes avanzar hacia la reconciliación y el perdón? ¿Cómo puedes desarrollar un espíritu de misericordia hacia aquellos que te han hecho daño, que refleje la compasión y la gracia de Dios?

Orar:

Padre misericordioso, vengo ante ti y reconozco mi necesidad de tu perdón. Te agradezco por la tremenda gracia que me has extendido a través de Jesucristo. Por favor, ayúdame a comprender completamente el alcance de tu perdón, para que pueda influir en mis puntos de vista y comportamiento hacia los demás. Dame la capacidad de perdonar a aquellos que me han hecho daño o agraviado como lo has hecho por mí. Que tu gracia y bondad fluyan a través de mí para reparar y reconstruir las conexiones. En el nombre de Jesús, amén.