Semana 4 | Día 2 | La Sabiduría se Presente en Diferentes Maneras

Mandamiento:

“¡Presten atención! Por tanto, sean astutos como serpientes y sencillos como palomas.” Mateo 10:16-20 (NVI)

Leer:

“Yo mismo, hermanos, cuando fui a anunciarles el misterio de Dios, no lo hice con gran elocuencia y sabiduría. Me decidí más bien, estando entre ustedes, a no saber de cosa alguna, excepto de Jesucristo y de este crucificado. Es más, me presenté ante ustedes con tanta debilidad que temblaba de miedo. No les hablé ni prediqué con palabras sabias y elocuentes, sino con demostración del poder del Espíritu, para que la fe de ustedes no dependiera de la sabiduría humana, sino del poder de Dios.” 2 Corintios 2:1-5(NVI)

Reflejar:

Durante muchos años, mi esposo y yo le pedimos a Dios que tocara el corazón de mi hermano y lo llevara a aceptar a Jesús como su Salvador. Después de que pasara por momentos difíciles y perdiera su trabajo, lo invitamos a vivir con nosotros hasta que pudiera recuperarse.

Él pudo ver cómo éramos constantes en ir a la iglesia cada domingo y en recibir a amigos en casa para estudiar la Biblia. Básicamente, nos veía vivir nuestras vidas cotidianas como una familia que seguía a Jesús.

Después de varios meses, comenzó a hacer preguntas acerca de nuestra fe, algo que antes ni le importaba. Lo invitamos a un servicio de Pascua y, para nuestra sorpresa, aceptó. Durante el mensaje, lo vi moverse inquieto; estaba claro que el Espíritu Santo lo estaba tocando con las palabras que se estaban compartiendo.

Esa misma noche, mientras estábamos con amigos en el patio, mi hermano comenzó a hablar sobre lo que había sentido durante el servicio. Habló de cómo el Espíritu Santo le había revelado cosas en su corazón. Todos sentimos que algo especial estaba sucediendo, pero mi esposo dio el paso y le preguntó a mi hermano si estaba listo para aceptar a Jesús como su Señor y Salvador. ¡Lo estaba!

El Espíritu Santo habló a través de muchas personas durante el tiempo que mi hermano vivió con nosotros. Amigos, familiares y nuestro pastor jugaron un papel importante en su aceptación de Cristo.

La sabiduría a veces viene de maneras inesperadas. Puede manifestarse a través de nuestras acciones, la paciencia para esperar el momento adecuado y la capacidad de discernir cuándo compartir esa sabiduría.

Reaccionar:

No hay nada especial que debas hacer para que el Espíritu Santo te conceda la sabiduría que necesitas. Él te la otorga en su momento perfecto. Él te da el impulso, las palabras y la convicción para actuar. ¿Estás dispuesto a ser paciente y actuar según su tiempo?

Orar:

Señor, concédeme la sabiduría para saber cuándo hablar, cuándo escuchar y cuándo actuar. Amén.