Día 5 | No es un cachorro

Mandamiento:

Me dejaré encontrar —afirma el Señor—Jeremías 29:14 (NVI)

Leer:

14 Pero Sión dijo: «El Señor me ha abandonado; el Señor se ha olvidado de mí». 15 «¿Puede una madre olvidar a su niño de pecho, y dejar de amar al hijo que ha dado a luz? Aun cuando ella lo olvidara, ¡yo no te olvidaré! 16 Grabada te llevo en las palmas de mis manos; tus muros siempre los tengo presentes. Isaías 49:14-16 (NVI)

Reflejar:

Sentada en mi apartamento casi vacío, me sentí tan sola. Yo era una mujer joven, de veinticuatro años, en la Marina, estacionada en Hawai y tan lejos de Dios. En ese momento, 2007, no podía recordar la última vez que hablé con Jesús, o incluso pensé en ir a la iglesia. Mi vida era 100% sobre mí... que resultó ser bastante solitario.

Me puse a llorar... Lloré tanto que no creo que tuviera más lágrimas para dar. Finalmente, clamé a Dios "¡Señor! ¡No sé lo que estoy haciendo! Por favor, dime lo que se supone que debo hacer por el resto de mi vida". En ese momento, sentí paz. 

Al día siguiente me hice una prueba de embarazo e inmediatamente fue positiva. Una vez más, clamé a Dios: "¿Esto es todo? ¿Esto es lo que se supone que debo hacer por el resto de mi vida? ¿No podrías haberme comenzado con un cachorro?" Sabía que esta era mi respuesta de Dios. Iba a ser madre. Finalmente, mi vida no se trataba solo de mí, sino de un regalo literalmente de Dios.

Poco sabía que en 2007 toda mi vida estaba a punto de cambiar: en Mayo 21, mi hermano de veintidós años murió en la guerra de Irak, mis padres se estaban divorciando. Decidí terminar mi carrera en la Marina para mudarme a casa sin dinero, plan y siete meses de embarazo. 

A pesar de que mi vida parecía aterradora, mi corazón estaba lleno porque me zambullí de cabeza en la Palabra de Dios y reinicié mi relación con Jesús. Me apoyé en todo lo que Él había planeado. Él me dio paz y me bendijo con la vida de mi hijo.

Reaccionar:

Cuando te sientes solo y perdido, ¿clamas a Dios? Si es así, ¿confías en que te llevará a través de tiempos turbulentos? Si estás en una temporada baja (o realmente en cualquier temporada), dale tus cargas y confía en Él.

Orar:

Amado Padre Celestial, siempre estás conmigo. ¡Todo los días! Gracias Señor, por tus dones, tu guía y tu paz. Amén.