Semana 2 | Día 5 | Unidos en generosidad

Mandamiento:

Dale a todo el que te pida. Lucas 6:30 (NVI)

Leer:

Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían. Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos, pues no había ningún necesitado en la comunidad. Quienes poseían casas o terrenos los vendían, llevaban el dinero de las ventas y lo entregaban a los apóstoles para que se distribuyera a cada uno según su necesidad. Hechos 4:32–35 (NVI)

Reflejar:

Los primeros cristianos en Hechos 4:32-35 eran, uno en espíritu y propósito y da generosamente de todo lo que tenían. Eran conscientes de que su riqueza eran regalos de Dios para ser usados para el bien de los demás, no para el suyo propio. Cuando reconocemos que todo lo que tenemos es de El y usamos libremente nuestro tiempo, talento y recursos para nuestras causas, demostramos nuestra generosidad hacia Dios.

Las personas que desinteresadamente se entregan para servir a los demás y glorificar a Dios son ejemplos de personas que son generosas con Dios. Presenciar tales hechos podría tener un profundo efecto en nosotros y motivarnos a reevaluar nuestras prioridades. El tiempo, el talento y el dinero son recursos invaluables que se pueden aplicar a la gloria de Dios. Renunciar a nuestras posesiones y buscar activamente oportunidades para bendecir a otros son pasos necesarios para desarrollar la generosidad.

Adoptemos un corazón de generosidad hacia Dios y hacia los demás al considerar Hechos 4:32-35. Tomemos una lección de los primeros cristianos y usemos lo que tenemos para ayudar a los necesitados y construir el reino de Dios. Podemos vivir generosamente y reflejar el amor de Dios al mundo nutriendo un corazón de generosidad desinteresada. Esto nos traerá gozo y satisfacción.

Reaccionar:

¿Cómo es la generosidad hacia Dios? ¿Qué valoras más y por qué? ¿Dinero, talento o tiempo? ¿Cómo se ha desarrollado tu caridad hacia Dios y hacia los demás?

Orar:

Amado Padre, inspira unidad y desinterés. Ayúdanos a compartir lo que tenemos para que no haya necesidad que quede sin satisfacer. Bendícenos con la oportunidad de testificar de la resurrección. Guíanos en amor y compasión. En tu nombre, oramos, Amén.