Semana 3 | Día 3 | Jugo

Mandamiento:

“Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.” Mateo 5:44-45 (NVI)

Leer:

“Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos.” Mateo 5:44-45 (NVI)

Reflejar:

Hay un lugar de jugos que visito todos los días. La misma orden de siempre: jugo verde. Es súper asqueroso. Como lamer la parte inferior de una cortadora de césped asqueroso. Sin embargo, es el equivalente en nutrición de 2.5 libras de verduras verdes, así que me lo trago. Como todos sus clientes habituales, a menudo me dan el jugo sobrante de otras porciones anteriores y es mucho más de lo que pago: dos onzas por el precio de una onza.

Un día entré a tomar mi jugo y no me dieron la porción extra que esperaba. El tipo vertió la cantidad exacta que pagué y descartó el resto. Le di las gracias y salí. Después, al sentir mi enojo incrementar un poco pensé: “¡Qué desperdicio! Si lo iban a tirar…” Entonces me sentí con mucho derecho: “¿Quién era ese chico nuevo? ¿Qué no sabe que vengo todos los días?

Entonces Dios me recordó del 99 por ciento de las veces que obtengo su favor inmerecido, y que volviera a "prender" el switch de gratitud. A veces olvidamos lo bendecidos que somos al ser hijos de Dios. No nos damos cuenta de los “baches” que evitamos al viajar felizmente por el camino seguro con Jesús.

Nuestros días malos no son tan malos como pensamos, y nuestras bendiciones son mayores de lo que le atribuímos a Dios. Tendemos a tomar por un hecho su gracia. Debemos cuidarnos convertir la sobreabundancia en un derecho, de que lo “extra” se convierta en algo merecido.

Recuerda: Nadie nos debe nada. Jesús no nos debe nada. Ya dió el regalo completo: la totalidad de sí mismo. Por así decirlo: dos onzas de vida por el precio de una onza que no podíamos pagar. “Pues el mismo Señor…bendice abundantemente a cuantos lo invocan.” Romanos 10:12b (NVI)

Reaccionar:

Demos un trago de nuestras verduras espirituales apreciando las bendiciones y la protección que Dios nos da todos los días.

Orar:

Gracias Dios por la manera en que me cubres. Espíritu Santo, ayúdame a estar consciente de tu gracia a lo largo de cada día.