Semana 2 | Día 4 | Misericordia en movimiento

Mandamiento:

“Han oído la ley que dice que el castigo debe ser acorde a la gravedad del daño: “Ojo por ojo, y diente por diente” Pero yo digo: no resistas a la persona mala. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, ofrécele también la otra mejilla.” Mateo 5:38-39 (NVI)

Leer:

¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios.” Miqueas 6:8 (NVI)

Reflejar:

Recuerdo una vez que mi hijo estaba en la escuela primaria y me preguntó: “¿Por qué me tengo que bañar si me voy a ensuciar de todos modos?”. Simplemente respondí que, dado que Dios hizo todo, lo que Dios hizo es importante para Dios, incluyéndonos a nosotros mismos y debemos respetarlo y cuidarlo. Lo que hacemos y lo que dejamos de hacer importa. Mirando hacia atrás, pude ver su punto al preguntar: "¿Por qué hacerlo si de todos modos se va a estropear de nuevo?"

Muchas veces adoptamos esa postura cuando extendemos la misericordia a los demás. La misericordia es el trato compasivo hacia alguien cuando está en nuestro poder castigarlo. A veces, nuestros corazones están tan encallecidos, heridos, traicionados, rechazados o endurecidos por no ser apreciados ni amados, que comenzamos a preguntarnos: "¿Cuál es el punto?" Entonces nos convencemos a no actuar con misericordia diciendo: “Las cosas nunca cambiarán, nunca cambiarán, o simplemente no lo merecen”. Al mostrar misericordia, estamos viviendo el ejemplo de Jesús que pagó el precio por nosotros mostrando misericordia cuando aún éramos pecadores.

Me acuerdo de lo que dice la Escritura: “Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” Hebreos 12:14 (NVI) ¿Tendremos siempre éxito al relacionarnos con todos? Probablemente no. Sin embargo, hacemos nuestra parte y dejamos que Dios haga el resto. Como creyentes de Cristo, debemos reflejar su luz, amor y compasión. No podemos cambiar o controlar a otros, pero podemos ser catalizadores para el cambio en nuestra familia, en nuestro lugar de trabajo, en nuestras escuelas, dondequiera que Dios nos haya colocado estratégicamente. La misericordia no es un acto aislado sino el estilo de vida de un creyente.

Reaccionar:

¿Qué oportunidad de mostrar misericordia se te viene a la mente? ¿Quién es alguien a quien puedas mostrar misericordia hoy?

Orar:

Señor, te pido que sanes cualquier área de mi corazón que me impida mostrar misericordia y compasión a los demás. Señor, recuérdame todas las veces en las que me mostraste gracia y nunca te rendiste. Ayúdame a extender eso a los demás y a ver a los demás a través de los ojos de la misericordia.